jueves, 6 de octubre de 2011

Aquel 1 de julio.

Esa sensación que tienes cuando ves que todo lo que más quieres se esta yendo a la mierda, poco a poco...
Sí, eso que más quieres, esos recuerdos imborrables, todo, empezando por ese 1 de julio. 
Ese día. Puede que uno de los que más me han marcado. Uno de julio. Tumbados, los dos solos, en la hierva, mirándonos, miradas tímidas, que ese día parecían no tener ninguna importancia, pero lo que yo daría ahora por repetir esas simples miradas... 
Silencios, no sabíamos que decir, ganas de huir, de irnos lejos por miedo a cagarla, de marcharnos y no volver, pero a la vez no querer estar en otro sitio que no fuera ese.
Y lo que daría yo por estar como ese día, por que me vuelvas a mirar con esos ojos verdes, por ver tu sonrisa una vez más, por verte nervioso cuando me hablas, por ver esa sonrisa tonta que te salía cuando me veías, porque te enfades cuando no te salude... Cosas que en su día parecían insignificantes, no les di importancia, y ahora es lo que más hecho de menos.

No hay comentarios: